domingo, 13 de enero de 2013

¿Perros asesinos? Verdades y Justicia



Por: César Daniel González Madruga
Diputado de la ALDF Presidente de la Comisión de Turismo
CIUDAD DE MÉXICO |  12 DE ENERO DE 2013
El 28 de diciembre del 2012 se aprobó en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal reformas al código penal por el cual se sanciona a todo aquel que maltrate o torture a algún animal no humano como respuesta a una sociedad cada vez más consciente y sensible a la vida en todas sus manifestaciones.
Un hecho histórico que marca el inicio de una revolución de conciencia que nos impacta a todos. Antes de esta reforma los animales eran tratados en nuestras leyes como cosas u objetos y ahora  en nuestro código penal, un animal no humano es tratado como víctima. Una víctima en el derecho penal podría definirse como “la persona física o jurídica que sufre un daño provocado por un delito”, en consecuencia esta nueva modificación a la ley nos reconoce ya en cuanto a la tortura y maltrato a las personas y a los animales como iguales en donde se hace honor a la conciencia humana, pues se enaltece el valor de la palabra cuando un ser humano habla por quien no tiene voz a oídos que lo puedan escuchar y actuar juntos por él.
Cabe destacar también que derrumba dogmas preestablecidos, pues vivimos bajo un sistema de creencias: políticas, económicas, sociales, culturales, etc. que forman el paradigma de vida que hemos adoptado, un modelo donde la pérdida de valores va en aumento, devorador del ambiente, egoísta, en pocas palabras; un modelo en decadencia. Ésta a su vez formado en sus bases por su conjunto de leyes, reglas y normas, por ende en este esfuerzo creciente de recobrar lo más esencial de la humanidad, también las leyes y normas se van modificando y al hacerlo es natural que se generen colapsos, enfrentamientos y quienes renieguen a esos cambios. Prueba de ello es lo ocurrido en todo el proceso del caso de los perros de Iztapalapa.
Si bien es cierto que el crecimiento de perros callejeros en la ciudad de México se convierte en un reto, no es más que el reflejo de nosotros mismos. Las ciudades en general van en crecimiento y con ello la población, mientras que en el mundo se extinguen especies día con día, la nuestra por el contrario ha llegado a su máximo histórico, siete mil millones de personas en todo el mundo. Es como si fuese un gran tumor que está invadiendo toda la Tierra, y junto al ser humano, siempre leal el perro, el mejor amigo del hombre. El perro callejero se ha adaptado a sobrevivir con los desechos de los hogares; hogares que en algún momento los destinaron a la calle para convertirla en su hábitat, o lo que científicamente se conoce como especie introducida, es decir, llega a determinado ecosistema por la intervención del hombre.
Ahora bien, una reforma que movió el esquema de creencias en torno a nuestras leyes, y que reitero, es sólo el inicio, hallo respuesta inmediata, cuando se culpó a veintiséis perros en Iztapalapa de brutales asesinatos. De inmediato la máxime de “lo que siembras cosechas” se hizo presente cuando en redes sociales y población en general bajo la incredulidad de dicha versión, compararon esa versión con la tomada de pelo del “chupacabras” o brujas que resolvían los grandes casos de las procuradurías como lo fue “la paca”.
Es de resaltar la madurez con la que ahora entendemos mejor la verdad por mucha desinformación o engaños que a todas luces son visibles. Y que tras las evidencias hubo la necesidad de cambiar la información contradictoria de la noche a la mañana, para que la verdad saliera a flote y como diría Joaquín Sabina “que las mentiras, parezcan mentiras”.
Éste debe ser un mensaje para que las autoridades, mejor se vayan adaptando a esta nueva evolución de conciencia de la población e ir aplicando medidas y políticas efectivas y dejar atrás las intentonas de artimañas para no moverle a lo establecido. Debe ser también un llamado a todos los movimientos defensores de la vida para unificarse así como canta León Gieco “ruego a usted tome partido para intentar una solución que bien podría ser la unión de los que aún estamos vivos, para torcer nuestro destino”.
Se avecinan grandes retos como lo son que estas reformas alcancen la ley de espectáculos y esto sea también una realidad para animales como los toros y los que están en circos, así como para la defensa de los derechos de la Tierra que han empujando ya campesinos, indígenas, ambientalistas, intelectuales, políticos y humanistas en general. Así pues no caigamos en distractores, los criminales del Cerro de la Estrella deben ser aprehendidos, dar vida digna a los perros, ya sea que sean adoptados o salvaguardados, y pongamos todo nuestro empeño para que la justicia prevalezca y que esta generación esté a la altura de las circunstancias por todas aquellas que vendrán.
cesardanielgonzalezm@hotmail.com

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