domingo, 24 de noviembre de 2013

Operación de riesgo en Fukushima



Redacción del periódico El Tiempo
COLOMBIA |  23 DE NO OVIEMBRE DE 2013
Esta semana, lejos de las cámaras y los reflectores, comenzó a ejecutarse en Japón una colosal tarea de ingeniería para desmantelar la central nuclear de Fukushima, cuando el operador de la planta nuclear, Tokyo Electric Power Co (Tepco), completó la extracción de 22 barras de combustible desde un contenedor para su posterior remoción.
Es el primer paso de un proceso tan arduo como peligroso, en el que las barras se mueven a una velocidad máxima de un centímetro por segundo, y que ha sido comparado con la tarea de extraer cigarrillos enteros de un paquete arrugado. La etapa de extracción probablemente se extenderá por años; el desmantelamiento total de la central se llevará a cabo durante las próximas tres o cuatro décadas.
El proceso hace uso de dos sofisticadas grúas construidas específicamente para llevar a cabo esta operación, trasladar las barras radiactivas a un barril contenedor y moverlo después a un depósito más seguro, situado a 100 metros del reactor. La 22 barras retiradas son apenas las primeras de miles en el reactor 4 de la central, el único de los afectados por el terremoto y el tsunami del 2011, en donde no se derritió combustible, porque estaba apagado por mantenimiento. Sin embargo, fue el escenario de una explosión de gas que debilitó su estructura.
Allí, bajo 30 metros de agua, hay 1.533 ensambles de entre 60 y 80 barras cada uno. Son en total 400 toneladas de un material usado y altamente radiactivo. Si alguna de las barras es expuesta al aire o si se quiebra, grandes cantidades de gases radiactivos podrían ser liberados a la atmósfera. En los cuatro reactores dañados de Fukushima hay unos 3.106 ensambles que deben ser removidos en su totalidad antes de 2018. Las unidades 5 y 6 estaban apagadas, por lo que se considera que representan un riesgo menor.
Tepco estima que la remoción de todos las barras del reactor 4 tomará un año, aunque algunos expertos señalan que esa es una meta demasiado ambiciosa. Tan solo transferir este primer lote de 22 barras llevó algo más de cinco días y ahora tomará casi una semana introducir el barril en la zona de almacenamiento común de otra instalación, dijo un portavoz de Tepco. Movilizar las barras es urgente porque están siendo almacenadas a 18 metros de altura en una construcción que se ha visto muy dañada y que podría colapsar si se produce otro terremoto.
El año entrante, una operación similar comenzará a aplicarse en el reactor 3. Probablemente en el 2017 se pueda pasar a los reactores 1 y 2. Pero incluso cuando sean extraídas todas las barras, la tarea de retirar los fragmentos de combustible de barras fracturadas o viejas podría extenderse hasta bien entrada la próxima década. Por eso los críticos del proyecto cuestionan que Tepco haya acometido la tarea de ‘decomisionar’ los reactores dañados mientras todavía lucha por contener fugas de agua contaminada producto de radiaciones en toda la planta.
Sin embargo, Tepco no estaba en posición de arriesgarse al colapso de una de estas estructuras. Desde el inicio de la crisis en Fukushima, la generadora eléctrica ha reportado pérdidas por miles de millones de dólares. Si bien la empresa decretó la ‘parada fría’ de sus instalaciones poco después del desastre, se hace necesario desocupar los reactores y limpiar los rastros de radiactividad de la zona, que permanece evacuada en gran parte.
Un equipo de 19 expertos del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) visitará Japón desde mañana y hasta el 4 de diciembre, para revisar la hoja de ruta a medio y largo plazo para el desmantelamiento de los reactores de la central de Fukushima Daiichi.
Evalúan reactivar par de reactores
La Autoridad de Regulación Nuclear (NRA) de Japón inició el proceso de revisión de seguridad para evaluar si dos reactores en otra planta de Tepco pueden ser reiniciados por primera vez desde el 2011. La revisión afecta a los reactores 6 y 7 de la planta atómica de Kashiwazaki-Kariwa, en la prefectura de Niigata, la más grande del mundo, con una capacidad para generar 8,2 millones de kilovatios. El regulador estatal se ha mostrado receloso con Tepco debido a su deficiente gestión de la situación en
Fukushima Daiichi, y su presidente, Shunichi Tanaka, ha advertido que si se vuelven a producir problemas en esa planta el proceso de revisión en Kashiwazaki-Kariwa será suspendido.
Fuente: El Tiempo 

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