martes, 21 de enero de 2014

El precio de la vida, cazar por diversión



Podemos medir la grandeza y el progreso moral de una nación
por el modo en que trata a sus animales” Mahatma Gandhi
Por: Solange Márquez Espinoza
MÉXICO |  20 DE ENERO DE 2014
En nuestra sociedad de usar y tirar resulta que también los animales, los antes magníficos dueños de la sabana africana, de las selvas tropicales, del desierto o de la tundra, son un mero producto desechable. El supuesto cazador de hoy, frívolo e irrespetuoso no tiene nada que ver con aquel que debía conocer los propios hábitos del animal para seguirlo. Nada tiene que ver la caza que hacen los nuevos ricos con la que se hacia hace varios siglos.
Aquella en la que no se contaba con aire acondicionado, ni armas de fuego, ni tampoco con guías que conocían el terreno. Era, tal vez algo con condiciones más equitativas. Hoy, los paquetes de caza se venden al por mayor ofreciendo todas las comodidades y lujos y, por supuesto garantizando la caza. ¿cómo? asegurándose que el animal estará ahí listo para ser cazado, un animal ya enjaulado puesto sólo como tiro al blanco a la espera de que el tirador no sea tan malo como su fama y acierte a darle el tiro de muerte a la primera porque de lo contrario sufrirá una muerte lenta.
No hay trato digno en la cacería de especies pacíficas como los grandes paquidermos africanos. Criticamos la cacería por arrebatar los cuernos de marfil pero perdonamos la cacería por “diversión”. El "escándalo" de Lucero no es más que la punta del iceberg de una sociedad desentendida de su propia responsabilidad para con su propio hogar.
Supongo que esa gente que se "divierte" con la sangre tiene poco de ésta en su corazón porque a mi, las imágenes crueles de gente sonriendo con rifle en mano junto a un magnifico ejemplar de borrego cimarrón, de un elefante o de un pequeño pecarí sólo me entristecen con nuestra propia especie.
Por $2,500 o $3,000 dólares se puede tener "una aventura" de caza con venado cola blanca o bura garantizado, no importa si era un ejemplar demasiado joven o una hembra con crías o incluso embarazada. Eso en México y la oferta incluye la muerte de un pecarí de collar ¡gratis!
Y que mejor que enseñar el valor de la vida a los pequeños y aprovechar las ofertas que ofrecen ciertos ranchos cinegéticos ofreciendo promociones como "Mi Primer Trofeo" que lo promocionan con la foto de un pequeño posando con rifle en mano sobre el cadáver de un animal de 120 kilogramos de peso.
Un Bisonte que se encuentra en peligro de extinción vale $4,500 dólares, un Borrego Cimarrón que también se encuentra amenazado cuesta $3,000 dólares. Aquí hay que aclarar que precisamente por la gravedad en que se encuentra la especie, los permisos de cacería para la misma se subastan llegándose a la cifra de $300,000 dólares por un ejemplar macho adulto. Por lo que ver supuestos ranchos cinegéticos que ofrecen el permiso en una décima parte de ese costo y además ofrecerlo durante todo el año huele a corrupción o a caza furtiva. Sin embargo, siguen operando y ofreciendo sus servicios en internet sin ningún recato.
Cada uno de nosotros podemos hacer la diferencia para terminar con el infierno de Dante en que hemos convertido la relación del ser humano con los animales: cacería por diversión, tauromaquia, peleas de perros, gallos o la producción masiva y cruel de animales para consumo humano. Antes se tenían animales para comer pero esos animales no pasaban sus cortas vidas sufriendo, hoy las enormes granjas productoras no son más que una muestra más de nuestra cultura de "usar y tirar" donde hasta la vida misma es desechable...
Hay quienes piensan que dar importancia a este tema y supuestamente no al de Michoacán está mal. Discúlpenme pero vuelvo a la máxima de Gandhi que compartía al inicio de este texto: “podemos medir la grandeza y el progreso moral de una nación por el modo en que trata a sus animales”. Existen estudios que han probado que mientras más crueldad exista hacia los animales más violenta es o puede llegar a ser la sociedad.
¿Creemos que por cerrar los ojos y seguir consumiendo como lo hacemos el sufrimiento desaparece? No, no lo hace. Pretender mirar hacia otro lado lo único que nos hace es ser menos humanos. ¿Por qué somos tan antropocéntricos para seguir pensando a estas alturas que podemos hacer lo que nos venga en gana con toda la vida de este mundo? ¿con qué derecho? Ustedes que dicen ¿se trata de valor o de ignominiosa cobardía?

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